Todos queremos sentirnos más felices en nuestras vidas, sí. La búsqueda de la felicidad es un anhelo universal, pero, a veces, parece muy difícil conseguirla.
La buena noticia es que existen algunas estrategias respaldadas por la ciencia que pueden ayudarte a aumentar tus niveles de felicidad y, de este modo, lograr tener una vida más satisfactoria. ¡Vamos a conocerlas!
La gratitud
Quizás no te parezca muy lógico, pero está demostrado que practicar la gratitud todos los días ayuda a mejorar el bienestar emocional.
En primer lugar, al tomar conciencia de las cosas positivas que hay en tu vida y enfocarte en ellas, comienzas a cambiar tu perspectiva hacia lo que te rodea. Eso te irá ayudando de forma progresiva a cultivar una actitud más positiva y optimista, y a reducir los niveles de ansiedad. De esta forma, podrás enfocarte en el momento presente con mayor facilidad y, como estarás más consciente de las cosas buenas que suceden en tu vida, comenzarás a desarrollar una mayor capacidad para encontrar alegría y satisfacción en las pequeñas cosas. Con el tiempo, esto te ayudará a cultivar la felicidad.
Además, la gratitud te ayuda a reconocer y apreciar las conexiones sociales y emocionales que tienes con los demás. Al expresar gratitud hacia quienes te rodean, fortalecerás tus relaciones y crearás un sentido de conexión y pertenencia.
Consejo: Lleva un diario donde escribas cada día tres cosas por las que estás agradecido. No hace falta que sean grandes cosas. Por ejemplo, tener una cama para dormir, poder tomarte una ducha caliente en los días de frío, la posibilidad de comer algo que te gusta, etc. Luego de practicar esto con constancia, empezarás a notar un cambio en tu estado de ánimo y tu satisfacción con la vida.
El autocuidado
El cuidado personal o autocuidado no es un sinónimo de vanidad o egocentrismo. De hecho, es mucho más importante de lo que crees para tu bienestar emocional.
En primer lugar, dedicar tiempo y atención a tus necesidades físicas y emocionales te ayudarán a mantener un equilibrio saludable en tu vida. Cuando te cuidas a ti mismo, estás enviando un mensaje claro a tu cerebro sobre la importancia de tus necesidades, y eso te ayudará a mejorar y fortalecer la valoración que tienes sobre ti mismo.
Es muy importante que te tomes un tiempo para ti mismo con el fin de reducir el estrés y la ansiedad. Las rutinas de autocuidado te dan la oportunidad de desconectarte y recargar tus energías, pero también de conectarte más profundamente con tus emociones y necesidades internas.
Consejo: Dedica un tiempito del día a realizar alguna rutina de autocuidado. Por ejemplo, utiliza cremas hidratantes, píntate las uñas, o ve a tu peluquería favorita.
La generosidad y el altruismo
La generosidad y el altruismo están estrechamente relacionados con la felicidad, dado que realizar actos de bondad hacia los demás suele generar una sensación de satisfacción y conexión interpersonal.
Algunos estudios han demostrado que, cuando una persona gasta dinero, tiempo o esfuerzo para dárselo a otros por causas que considera importantes para el mundo, el grado de felicidad se incrementa.
Es por esto que, si te involucras en actividades de voluntariado o servicio a la comunidad, no solo se beneficia quien recibe tu ayuda, sino que también te dará a ti un sentido de propósito y realización personal.
Consejo: Participa y colabora en organizaciones sin fines de lucro que sean de tu interés personal, que lleven a cabo tareas que para ti sean de mucho valor para el mundo. Por ejemplo, la Cruz Roja o un refugio para animales.
Las conexiones sociales positivas
Ya sabes que el ser humano es una criatura social por naturaleza y que las relaciones con otros individuos son esenciales para nuestro bienestar emocional. Lo que no es tan sabido es que estas conexiones pueden tener distintas “formas”: las interacciones sociales, por más que sean breves y no necesariamente profundas, también son válidas para tu bienestar emocional.
La cuestión está en que las conexiones sociales positivas te ayudan a sentirte aceptado y te dan una sensación de pertenencia.
Además, la risa, la camaradería y la complicidad que puedan surgir de estas conexiones te ayudan a aliviar el estrés y a disfrutar más de la vida, ya que te permiten experimentar emociones positivas de manera más intensa y duradera.
Intenta cultivar conexiones sociales positivas que te puedan brindar una red de apoyo emocional en tiempos de dificultad. Tener personas en quienes confiar y con quienes compartir nuestras alegrías y preocupaciones es muy beneficioso para manejar el estrés, la ansiedad y el miedo de manera más efectiva. Saber que no estamos solos en nuestras luchas nos brinda consuelo y fortaleza emocional.
Consejo: Contáctate con ese amigo o familiar que hace tiempo que no ves e interésate por cómo está con su vida. También, es una buena idea intentar conocer gente nueva, yendo a lugares que sean de tu interés. Por ejemplo, practicar un deporte que te guste o asistir a un evento de una temática que te interese.
La atención plena
En los últimos años, la meditación y la atención plena dejó de ser visto como algo esotérico y pasó a ser una práctica totalmente validada por la ciencia.
Y es que practicar la atención plena te ayuda a vivir en el momento presente, en lugar de preocuparte por el pasado o sentir miedo al anticiparte al futuro.
Si practicas la atención plena, comenzarás a observar tus emociones sin juzgarlas ni reaccionar automáticamente a ellas. Al tomar distancia de esas emociones y observarlas con curiosidad y compasión, podrás desarrollar una relación más saludable con tus experiencias emocionales y aprender a manejarlas de una mejor manera.
En consecuencia, practicar la atención plena también te ayudará a reducir el estrés y la ansiedad al centrar nuestra atención en el momento presente y cultivar una sensación de calma interior. Como aprendes a reconocer y aceptar tus experiencias tal como son, en lugar de resistirlas o tratar de cambiarlas, podrás de a poco liberarte del sufrimiento innecesario y encontrar un mayor equilibrio emocional.
Consejo: Al principio, te será muy difícil meditar por mucho tiempo. Comienza con un ejercicio de cinco minutos o menos, enfocándote en tu respiración. Cuando aparezca un pensamiento, cualquiera sea, simplemente lo dejas pasar y vuelves a enfocarte en la respiración.
La actividad física
Cuando realizas actividad física, tu cuerpo libera endorfinas, unos neurotransmisores que actúan como analgésicos naturales y generadores de sensaciones placenteras. Estas endorfinas te ayudan a reducir el estrés, la ansiedad y la sensación de tristeza.
Si haces actividad física de forma regular, no solo obtendrás el beneficio físico que conlleva y la liberación de endorfinas, sino que también podrás aumentar tu autoestima y tu autoconfianza. ¿Por qué? Porque cuando te dedicas a una rutina de ejercicio y ves mejoras en tu fuerza, en tu resistencia y en tu apariencia física, comienzas a sentirte más seguro de ti mismo y más satisfecho con tu imagen corporal, lo que va a contribuir también a un mejor estado emocional.
Además, la actividad física a veces puede utilizarse como una forma de liberar y canalizar emociones negativas. Muchas personas encuentran que el ejercicio vigoroso, como correr o levantar pesas, les ayuda a liberar la tensión acumulada y a despejar la mente.
Y, como si todo lo anterior fuese poco, hacer ejercicio puede ser una buena oportunidad para socializar y conectarte con otras personas, lo que contribuirá aún más a tu ánimo.
Consejo: Comienza a ir al gimnasio, participa en clases de ejercicio en grupo o apúntate para practicar un deporte que te parezca interesante.
Más consejos útiles para aumentar tus niveles de felicidad
- Modifica tu hogar o lugar de trabajo para que te transmita alegría. Puede ser mediante fotografías, plantas, colores, etc.
- Descubre qué es lo que te apasiona y te motiva en la vida (si todavía no lo sabes), y busca actividades que estén alineadas con tus valores para aumentar tu sentido de propósito y satisfacción. Encuentra hobbies y pasatiempos que te apasionen y dedica un tiempo a esas actividades que te divierten y te dan alegría.
- Intenta adoptar una actitud optimista hacia la vida, ya que eso te ayudará a mejorar tu capacidad para enfrentar los problemas con resiliencia y esperanza.
Incluso en momentos difíciles, intenta encontrar el significado y el aprendizaje de la situación para que esto pueda ayudarte a encontrar sentido en tu vida.
- Deja ir rencores y practica el perdón para liberarte de emociones negativas y cultivar tu paz interior.
- Aliméntate de manera saludable. Evita las frituras y la comida chatarra lo máximo posible.
- Búscale el chiste a las situaciones cotidianas y no tengas miedo de reírte de ti mismo. La risa y el humor también son una gran herramienta para aumentar la felicidad.
- Mantén una buena higiene del sueño. Intenta moverte en ambientes bien iluminados durante el día y baja la intensidad de las luces en las noches.
Es posible aumentar tu felicidad
Como ves, existen muchas herramientas para mejorar tus niveles de felicidad.
Por supuesto, no hace falta que las apliques todas al pie de la letra. Simplemente comienza a aplicar los consejos que más resuenen contigo y con tu vida, los que veas que son más plausibles de cumplir, y ponlos en práctica.
Comienza de a poquito, es mejor ser constante con pequeños cambios que hacer grandes cambios que no puedas sostener en el tiempo. Aumentar tus niveles de felicidad no es un objetivo inalcanzable, sino un viaje que puedes emprender con pequeños pasos todos los días.