Las adivinanzas infantiles no solo sirven para entretener a los más pequeños de la casa, si no que son una oportunidad excelente para el aprendizaje. Todos conocemos adivinanzas, y seguro que en más de una ocasión has empleado tiempo en sacar su solución a una de ellas. Ese tiempo que se emplea en adivinar la adivinanza, nuestro cerebro está ejercitando el razonamiento lógico, la creatividad y sus funciones ejecutivas.
Como padres tenemos la oportunidad de divertir y entretener a nuestros hijos mientras aprenden. Hay muchas estrategias y juegos que facilitan esto. Las adivinanzas infantiles son gran ejemplo de juego divertido que a su vez es educativo y muy provechoso para la mente y el desarrollo de los mas peques.
Os proponemos algunas de las adivinanzas infantiles más divertidas con su respuesta, que harán a tus hijos pensar, reflexionar y por supuesto divertirse pasando tiempo de calidad contigo. Una fórmula bastante completa.
Adivinanzas infantiles para para entretener y enseñar a los pequeños de la casa
- Tengo agujas pero no sé coser, tengo números pero no sé leer, las horas te doy, ¿Sabes quién soy?
Respuesta: El reloj. - Blanca por dentro, verde por fuera. Si no sabes, espera. ¿Qué es?
Respuesta: La pera. - Antes huevecito, después capullito y más tarde volaré como un pajarito. ¿Sabes quién soy?
Respuesta: La mariposa. - Soy bonito por delante y algo feo por detrás, me transformo a cada instante ya que imito a los demás. ¿Sabes quién soy?
Respuesta: El espejo. - Oro parece, plata no es. Abran las cortinas y verán lo que es.
Respuesta: El plátano. - Sal al campo por las noches si me quieres conocer, soy señor de grandes ojos, cara seria y gran saber. ¿Quién soy?
Respuesta: El búho. - Cabeza de hierro, cuerpo de madera, si te piso un dedo, ¡menudo grito pegas! ¿Qué es?
Respuesta: El martillo. - Canto en la orilla, vivo en el agua, no soy pescado y tampoco cigarra.
Respuesta: La rana. - Me llegan las cartas y no sé leer y, aunque me las trago, no mancho el papel. ¿Qué es?
Respuesta: El buzón. - En tus manos limpio, en tus ventanas sucio. Si sucio, me ponen limpio, y si limpio, me ponen sucio. ¿Qué es?
Respuesta: El pañuelo. - ¿Qué cosa es? ¿Qué cosa es? Que corre mucho y no tiene pies.
Respuesta: El viento. - Te la digo, te la digo, te la vuelvo a repetir, te la digo veinte veces y no me la sabes decir. ¿Qué es?
Respuesta: La tela. - Si soy joven, joven quedo. Si soy viejo, viejo quedo. Tengo boca y no te hablo. Tengo ojos y no te veo. ¿Quién soy?
Respuesta: El retrato. - Soy ave y soy llana, pero no tengo pico ni alas. ¿Sabes quién soy?
Respuesta: La avellana. - Blanco es, la gallina lo pone, con aceite de fríe y con pan se come. ¿Qué cosa es?
Respuesta: El huevo. - Todos me quieren para descansar. ¡Si ya te lo he dicho! No lo pienses más.
Respuesta: La silla. - Te la digo y no me entiendes, te la repito y no me comprendes.
Respuesta: La tela. - Todos pasan por mí, pero yo nunca paso por nadie. Todos preguntan por mí, pero yo nunca pregunto por nadie. ¿Qué es?
Respuesta: La calle. - Alta como un palo, cabeza arriba y solo come hojas que están encima. ¿Qué es?
Respuesta: La jirafa. - Y lo es, y lo es, y no me lo adivinas ni en un mes. ¿Qué es?
Respuesta: El hilo. - Mi picadura es dañina, mi cuerpo insignificante, pero el néctar que yo doy, os lo coméis al instante. ¿Qué es?
Respuesta: La abeja. - Es pequeña como una pera, pero alumbra la casa entera. ¿Qué es?
Respuesta: La bombilla. - Nace en el mar, muere en el río. Ese es mi nombre, ¡pues vaya qué lío!
Respuesta: Mario. - Tiene dientes y no come, tiene cabeza y no es hombre. ¿Qué es?
Respuesta: El ajo. - Desde el lunes hasta el viernes soy la última en llegar, el sábado soy la primera y el domingo a descansar. ¿Quién soy?
Respuesta: La letra S.
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Buena