En el área de la psicología, son muchos los componentes y factores que, de manera conjunta, logran hacer funcionar la mente. A nivel físico, la formación reticular puede estudiarse a través de esta ciencia. Gracias a ello hoy en día, es un área que tiene mucho que aportar. Y, a pesar de que se ha estudiado durante mucho tiempo, aún no es comprendida del todo.
Sin embargo, de lo poco que sí se sabe, gracias también a la ayuda de la medicina, se ha logrado identificar que esta estructura interfiere en la conducta y pensamientos. Por sí sola, no está representada por una única estructura definida en nuestro sistema nervioso central, pero sí logra abarcar distintas secciones de él. Es por ello que su estudio, además de interesante, se hace imprescindible para entender la psicología actual.
¿Cómo está constituida la formación reticular?
Tal cual lo habíamos mencionado, la formación reticular no está constituida por una única estructura. Es una estructura de más de 100 redes nerviosas y núcleos. Cada uno se extiende a través de otras estructuras del sistema nervioso central ya conocidos. Entre esas estructuras, encontramos:
- La región alta de la médula cervical.
- Tronco encefálico.
- Mesencéfalo.
- Tubérculos cuadrigéminos.
- Diencéfalo.
- Hipotálamo.
- Subtálamo.
- Tálamo.
Gracias a la interconexión de todas estas estructuras, se asocian a la formación reticular una amplia cantidad de funciones.
¿Cuáles son las funciones de la formación reticular?
Son diversos los roles que ejerce la formación reticular sobre nuestro organismo. Aún hoy, es algo que sigue bajo estudio frecuente para lograr entender todas las funciones que realmente abarca. Entre las funciones actualmente conocidas y estudiadas, se encuentran:
Control motor somático
Se refiere a los movimientos corporales voluntarios impulsados por el sistema nervioso somático (SNS). Esta estructura ayuda a la realización y coordinación de los movimientos de la cabeza, cuerpo y extremidades. Todo esto es posible gracias a la estimulación o inhibición de dichos movimientos.
Control motor involuntario
La formación reticular también juega un papel importante en el control de movimientos involuntarios. Al igual que en el caso anterior, por estimulación o inhibición, los movimientos reflejos, impulsados por el sistema nervioso autónomo (SNA), logran ser controlados. Asimismo, se ha comprobado mediante diversos estudios, la relación que existe entre la formación reticular y el mantenimiento del tono muscular.
Control cardiovascular
Entre otra de las funciones asociadas, está la función cardiovascular, más precisamente en la modulación de la presión arterial. La vasodilatación y la vasoconstricción son las acciones asociadas al funcionamiento de la estructura.
Control del dolor
La modulación del dolor también se halla intervenida gracias a su acción. Hasta el momento, aún no se sabe del todo de qué manera. Pero sí que se han documentado trastornos sensitivos, posterior a lesiones en la formación reticular.
Regulación del sueño y la vigilia
La regulación del ciclo circadiano, o del sueño y la vigilia, está asociada a esta formación tan polivalente. Es por ello que, a su vez, regula el nivel de consciencia en las personas.
Otras funciones nerviosas
Pero su funcionamiento no se limita hasta estos puntos. Existen una innumerable cantidad de funciones nerviosas que esta estructura posee. Por lo cual, se considera esencial en el desempeño del organismo:
- Coordinación entre los distintos pares craneales.
- Modulación de señales de alerta en los centros sensitivos.
- Modulación respiratoria.
- Funciones cerebelosas.
¿Qué papel juega la formación reticular en la psicología?
Siendo la formación reticular una estructura que abarca tanto espacio en el sistema nervioso, no es nada sorprendente que también tenga un papel importante en la mente. Por lo que, al estar relacionada con las funciones a nivel nervioso, se ha asociado mucho con el desempeño psicológico:
Modulación de la consciencia
Son variados los aspectos, referidos a la consciencia, que la formación reticular maneja. En este grupo destacan:
- La percepción real del entorno.
- El control ejecutivo de la mente.
- La consciencia de sí mismo y del propio pensamiento.
- La capacidad de distinguir entre la fantasía y la realidad.
- La reflexividad o capacidad de conocimiento que tiene la conciencia sobre sí misma.
Con su ayuda, el proceso de integración de la conciencia es llevado a cabo. Dicha integración permitirá mantener en orden los siguientes aspectos:
- La memoria operativa: imprescindible en la resolución de problemas, toma de decisiones e iniciativas.
- La autoconciencia: forma especial de la consciencia que nos permite analizar nuestra relación con el entorno y con nuestro propio ser.
Modulación del sueño
Tal como se había mencionado anteriormente, la regulación del sueño es una función asociada a la formación reticular. Sin embargo, en diversos estudios más detallados, se halló la relación que este sistema tiene con los tipos de sueño:
- Sueño lento o pasivo: sin movimientos oculares rápidos (No REM).
- Sueño paradójico: con movimientos oculares rápidos (REM).
Es por ello que, lesiones importantes en este sistema, producirán cambios a nivel de la conciencia. Se ocasionan estados de estupor, confusión o incluso coma en los individuos.
Modulación de las emociones
Hablar de emociones va mucho más allá de los sentimientos. En términos psicológicos, las emociones tienen que ver más con la conducta de los individuos en un entorno determinado. En este orden de ideas, la formación reticular juega un papel importante en tres tipos de funciones emocionales:
- Funciones adaptativas: para adaptarnos y sobrevivir a nuestro entorno.
- Funciones sociales: para insertarnos en la sociedad mediante las conductas apropiadas.
- Funciones motivacionales: para enfocarnos en lograr objetivos planteados.
Teniendo en cuenta esto, una formación reticular que se halle afectada, puede desencadenar diversos problemas. Presentándose a niveles cognitivos, conductuales-expresivos y fisiológicos-adaptativos.
La polivalencia de la formación reticular es una característica que, cada día que pasa, no deja de sorprendernos. Parece ser que no carece de límites algunos a la hora de intervenir en los diversos procesos fisiológicos de nuestro cuerpo.
Además de ello, su implicación en la psicología es más que notable, puesto que este sistema forma parte de casi todo nuestro sistema nervioso. Seguros estamos de que, en el futuro, más hallazgos impresionantes iremos descubriendo sobre esta estructura y sus funciones.