Vivir una vida plena y llena de serenidad es lo que, quizá, todo ser humano anhela. Sin embargo, en la vida pasan cosas que nos hacen pasar por situaciones, pensamientos y emociones que nos perturban.
En la manera de pensar del estoicismo hallamos que la aceptación, la paz interior, la confianza propia, así como el dominio propio, son algunas de las claves que al interiorizarlas te harán sentir mejor contigo mismo.
Ahora bien, cogeremos estos principios del estoicismo con cuidado ya que algunos han sido y son utilizados por una corriente de pensamiento basado en el positivismo que inhibe la expresión emocional y culpabiliza a las personas por no conseguir estar feliz, poniendo como única meta del individuo la felicidad y reduciéndola a simples estados mentales generalizados.
¿Cuál es la manera de pensar del estoicismo?
La manera de pensar de los estoicos se deriva de la corriente filosófica denominada estoicismo, fundada en el siglo IV a. C. por Zenón de Citio. Los seguidores de esta corriente de pensamiento, conciben que la propia sabiduría y el dominio del alma son capaces de transformar a la persona, al liberarse de los deseos y pasiones que, a su juicio, son perturbadores de la vida.
Su corriente de pensamiento se fundamenta en 4 virtudes cardinales; sabiduría, templanza, justicia y coraje.
Pasados los siglos, muchas personalidades del mundo actual han decidido seguir los principios del estoicismo para cambiar su interior y la manera de enfrentar las circunstancias, todo ello para tratar de conseguir tener una vida plena y tranquila.
10 principios del estoicismo (escéptico)
En este artículo trataremos los 10 principios del estoicismo que pueden echarte un cable a la hora de afrontar tu vida, lo haré desde un punto de vista escéptico y humanista.
1. No controlas lo que te pasa, pero si como lo percibes
La manera de pensar del estoicismo nos deja claro que, aunque no tenemos la facultad de controlar lo que nos pasa, podemos controlar nuestra percepción sobre las diversas circunstancias que a diario enfrentamos. Esto es, sin duda, el punto de inicio para alcanzar eso que llamamos comúnmente felicidad, pero, no podemos dejar de lado que a veces nos pasan cosas que por mucho que las tratemos de mirar desde una perspectiva constructiva o positiva, son crueles, tristes, desoladoras, injustas o directamente una «p**tada» bien gorda.
2. Vivir y pensar en positivo
La mente tiene poder pero no sabe distinguir nuestro lenguaje, es decir, si estamos cruzando un puente entre dos montañas y pensamos » no quiero caerme» la mente se enfocará en «caerme», que es la acción. Pero si pensamos «quiero mantener el equilibrio» la mente se enfocará en «mantener el equilibrio».
A eso se refiere el término «pensar en positivo», no es que todo sea de color rosa, si no que nuestra mente se proyecta en las acciones que pensamos. Por lo que cuando nos pasa algo malo, si en vez de pensar en lo que no queremos, nos enfocamos en pensar lo que si queremos, estaremos preparando a muestra cabeza para enfocarse en un lugar mas beneficioso para nosotros.
Por ejemplo. Si quieres hacer un trabajo nuevo y no sale a la primera, en vez de decirte a ti mismo «Esto es complicadísimo, no puedo», dite «Esto es nuevo para mi, estoy aprendiendo, ¿Cómo puedo conseguirlo?» Este ejemplo es muy simple pero basta para entender el poder del pensamiento.
3. No apegarse a los éxitos ni fracasos
Los éxitos y fracasos no son más que situaciones pasajeras en la vida. Es normal que si fracasas en un proyecto al que habías puesto empeño, trabajo y cariño te sientas mal, estés triste y decepcionado, así como si un proyecto te sale bien y es un éxito, quieras celebrar y compartir esa alegría con las personas, aquí de lo que hablo es de que te salga como te salga, tu no eres ni un fracasado ni un exitoso por el resultado del proyecto.
Tu eres tú, independientemente del resultado de lo que haces. Aquí encaja el valor de la humildad y del desapego hacia lo que haces, es decir, tu no eres lo que te pasa.
4. Aceptar la realidad tal y como es
Gran parte del sufrimiento de muchas personas es porque no aceptan las cosas como son, si, a veces es duro aceptar ciertas realidades, pero una vez hecho, es muy liberador soltar el peso de que duela lo que no puedes cambiar. No significa resignarte, si no bajar a tierra y tomar consciencia de la realidad actual, para así tener una base sólida de la que partir.
Un libro que a mi me ayudó mucho fue Amar lo que es, de Byron Katie. Es antiguo, se podría decir que ya todo un clásico, pero guarda en sus páginas la esencia de aceptar la realidad, de una manera autobiográfica la autora relata su propia vivencia aceptando la realidad de una manera cercana y muy profunda.
5. Enfócate en tu crecimiento personal
Dedicarle un espacio en tu vida a la autoexploración hará que te conozcas mejor y curiosamente es un área en el que si creces, repercute en las demás partes de tu vida de forma significativa, es el tronco sobre el que se mueven todas las demás ramas de tu árbol vital.
6. Vivir el presente
¡Ayer ya pasó y mañana… quien sabe! Bueno vamos a coger esto con pinzas, es cierto que vivir el presente es maravilloso porque te enfoca en lo que si puedes controlar, y eso es un básico de esta lista para sentirte mejor, pero seamos honestos, vivir 100% en el hoy no es práctico, del pasado podemos extraer aprendizajes y planificar el futuro es vital para conseguir metas, asique si, vive en el hoy pero guarda un espacio para aprender y para planificar también, como todo en el esta vida y como dijo mi amigo Aristóteles, «En el término medio esta la virtud».
7. Ser solidario
El altruismo nos hace sentir bien porque percibimos que nuestra acción repercute positivamente en los demás y entra en juego el ego. Ser solidarios puede ayudar a mejorar el mundo y a sentirte bien contigo mismo, pero como bien vengo haciendo hincapié a lo largo de todo el artículo, todo es relativo al nivel del estoicismo al que lo lleves, ser solidario si, pero adoptar el rol de salvador, queriendo salvar a los demás a pesar de que ello te destruya, no.
8. Ser tolerante
Se tolerante con los demás. Que bonita esa frase ¿verdad? Ser más tolerantes nos permite evitar conflictos tanto externos con la gente, como de cabreos internos. Pero, ¿eres tolerante contigo mismo? ¿Qué te dices cuando te equivocas? Ser tolerante con uno mismo es el principio de la tolerancia hacia los demás, ser tolerante y compasivo con nosotros sin caer en la permisividad es el primer paso si queremos proyectar a futuro tolerancia con el entorno.
9. Enfrentar las dificultades
Ir hacia lo difícil y aceptar lo que pueda pasar es otro principio de la manera de pensar del estoicismo. Las dificultades te presentarán oportunidades para sacar aprendizajes.
El compromiso, el esfuerzo y el deseo de autosuperación son clave. Llevar tus capacidades al límite te permitirá descubrir hasta dónde eres capaz de llegar. Quien no sale de su zona de confort no podrá descubrir su propio potencial.
Por ello, resulta necesario atreverse y arriesgarse a lo desconocido, pero ¡ojo! sin ser kamikazes. Recuerda a Aristóteles.
10. Vivir en armonía con la naturaleza
No alterar el orden de la naturaleza resulta primordial. En la medida que respetes tu entorno, la flora y la fauna, también podrás hacerlo con los de tu especie y contigo mismo.
Acepta la ley natural, recuerda que somos seres vivos entre muchos otros y que la naturaleza es la madre de todos los seres.
Estos son solo 10 principios generales y aplicables a cualquier área de tu vida o tus relaciones, pero recuerda que si te sientes mal, estás pasando por un mal momento o necesitas que alguien te escuche, es normal, es sano y está bien.
Basarte en los principios del Estoicismo puede ser interesante siempre que relativices y lo lleves con la perspectiva de adaptarlo a tu caso particular, pero si seguir estos u otros principios no te logra ayudar hasta el punto que tu necesitas, para eso están los psicólogos. Son ellos quienes están preparados para acompañarte en tu proceso individualizado de terapia y sanación.