En los últimos años, se ha desarrollado este nuevo fenómeno, y este consiste es un uso masivo de noticias. Es un comportamiento que se ve particularizado por el consumo de contenido desalentador, con la finalidad de mantenerse informado, convirtiéndose en un hábito nocivo.
¿Qué debo saber del Doomscrolling?
El término conocido como “Doomscrolling” se da a conocer por primera vez en el año 2018 en USA, donde se realizaron varios estudios a una población de jóvenes, para determinar el comportamiento compulsivo de consumir noticias negativas de forma constante. En aquella investigación se dio a entender por primera vez la existencia de este fenómeno digital, tras la tendencia del “Doomscrolling” alimentado por la desinformación con relación al SARS-COV2.
De manera más directa, este fenómeno aparece cuando adoptamos el hábito de consumir noticias negativas de modo prolongado, cosa que afecta de manera negativa la salud mental. Esta práctica se puede deber a un instinto de supervivencia, que nos empuja a consumir información con la finalidad de mantenernos a salvo.
¿Cómo saber si consumo información negativa en gran cantidad?
El criterio propio y la noción sobre la información, son factores que se podrían apoyar al reconocimiento del uso negativo de las noticias. Sin embargo, existen casos en los cuales el juicio falla, y no se detectan los consumos irregulares o hasta excesivos de contenido negativo.
Podrían recomendarse aplicaciones de control de actividades, o alertas de empleo inadecuado, que ayuden a normalizar y regular la manera en la que consumimos, sin afectar nuestras actividades diarias.
Al entender que la lectura de noticias, datos y novedades, debe ser únicamente con fines informativos y de entretenimiento, no siempre dependerá del método o tipo de consumo. Aunque la fuente sea fiel, el consumo descontrolado de información negativa puede dañar la mente, generando ansiedad y depresión
Consejos para dejar el Doomscrolling
Él “Doomscrolling” podría catalogarse como un hábito, por lo cual puede regularse e incluso desaparecer. Para esto, es preciso poner en práctica ejercicios y herramientas de desintoxicación, y crear nuevas normalidades de consumo más sanas y relajantes, tales como pueden ser:
Controlar el contenido que consumimos
Se puede decir que el problema principal es la manera en la que se consume la información, al intentar absorber grandes cantidades de información, cosa que no es necesariamente la más sana o positiva.
Esto no significa que se deba consumir únicamente noticias positivas. Sin embargo, se recomienda encontrar un equilibrio entre información y amarillismo y fatalismo.
Si es constante el consumir noticias negativas, lo más probable es que continuamente se produzcan pensamientos negativos. Al igual que, si se obtiene contenido motivador, es probable originar pensamientos alegres. Lo más recomendable es entender y medir el tipo de contenido que se consume, y originar conciencia de cuando se debe frenar.
Entender qué es lo que nos da miedo
Al estudiar el comportamiento de quienes practican el “Doomscrolling” se observan conductas ansiosas, y el saber qué ocasiona la ansiedad, puede hacer que disminuya la necesidad de encontrar este tipo de contenido.
Al detectarse estos puntos que generan la ansiedad, el cerebro se puede relajar y comprender que no está en peligro, dejando de lado prestarle atención a esta actividad. Así, pasará a usar su energía a realizar otras funciones, permitiendo el descanso adecuado del cuerpo.
Buscar información adecuada
En internet se consiguen muchos artículos y noticias, algunas amarillistas, otras desinformadas. Lo mejor es dejar todo de lado y centrar la atención ante las fuentes primarias, dejando de lado cualquier dato o contenido con intenciones de una reacción explosiva o que solo buscan atención.
Esto nos permitirá tener información verídica y funcional al respecto, desarrollando la habilidad de obtener criterios para seleccionar y filtrar la información más sana.
Descansar y tener horarios para consumir noticias
Si es continuo y sin control el consumo de este tipo de información, nos podemos saturar con las noticias obtenidas. Por ello, el tener un tiempo de descanso permitirá la asimilación del contenido sin la necesidad de abrumar, dejando un espacio para lograr juzgar si es un contenido sano o un “Doomscrolling”.
Recuerda que las noticias no van a desaparecer. Estas se actualizan y siempre puedes acceder a ellas.
Relacionarse y buscar actividades
Ocuparse es la mejor manera de dejar pensamientos y este tipo de actividades de lado. Al relacionarte con otras personas (ya sea, en línea o de forma presencial), se generan hormonas que te ayudarán a relajarte y generar otra especie de pensamientos.
Por otro lado, al conseguir realizar otras actividades se ocupa la mente, ayudando a consumir tiempo libre y dejar de lado la necesidad de hacer el “Doomscrolling”.
El Doomscrolling y la situación en Ucrania
En la actualidad se observan situaciones similares a las que se vivieron en la pandemia, en donde se alimentan el impulso a consumir noticias negativas, bien sea por el miedo o la necesidad de estar informados, el colectivo empezaba a difundir noticias, información y datos que alarmaban a la comunidad.
Estas más allá de mantener a las personas informadas, saturaban y agotaban a los lectores, manteniendo el estado ansioso y paranoico. De hecho, hoy se pueden observar estos patrones a la hora de compartir y obtener contenido, volviendo al hábito del “Doomscrolling”
¿El Doomscrolling es un problema grave?
Determinar si el “Doomscrolling” es o no una conducta que pueda desembocar en consecuencias graves, sería participar del grupo desalentador y consumista que mantiene esta práctica a flote. Por otro lado, es necesario aclarar que, efectivamente las prácticas nocivas que comparten grupos sociales y los fenómenos a escala global, tienen numerosas repercusiones en la sociedad, y en sus hábitos.
De esta forma, no se podría catalogar al “Doomscrolling” como un riesgo. Sin embargo, este no se debe tomar a la ligera. Estas prácticas son tóxicas en nuestro día a día, Por lo que no se recomienda convertirla en algo normal de nuestra cotidianidad o en uno de nuestros hábitos frecuentes